El 6 de agosto de 1986 el Padre Slavko compartía con los peregrinos la siguiente reflexión:

Nuestra Señora dio un mensaje diferente a los del jueves. Dio gracias por todos los sacrificios y dijo: «A través de los sacrificios quiero guiaros hacia la belleza de Dios». Luego dijo: «les bendigo con una bendición especial». Puedes decir un gracias y una bendición.
 
Lo más importante para todos nosotros es comprender lo que estas apariciones tienen que ver con nuestra vida. Nuestra Señora quiere guiarnos hacia Dios, pero sin una decisión personal no podemos caminar hacia el Señor. Nuestra Señora nos invita a la paz y todos queremos paz, alegría. La paz es posible, pero cuando iniciamos el camino de la paz, del amor, de la reconciliación, cada día descubrimos que algo hay que corregir.
 
Ayer hablé con Marija Pavlovic y le pregunté si puedo aprovechar algunas de sus experiencias concretas para hacerles comprender más fácilmente cómo es el camino con la Virgen.
 
Marija Pavlovic presenta su camino espiritual más o menos así: «Antes de las apariciones, si rezaba, rezaba a Jesús. Con las apariciones, ahora, Nuestra Señora se volvió como el centro: amo a Nuestra Señora. Entonces la Virgen me llevó a Jesús». Y agregó: “Tantas veces en la oración lo siento realmente, me parece que podría tocarlo”. Ahora Nuestra Señora pide otro paso concreto, dijo: «Ahora aprendan a ver a Jesús en cada persona, incluso debajo de las máscaras».
 
Muchas veces alguien con sus palabras, con sus gestos, con su vida, con sus blasfemias nos lleva a un juicio y empezamos a dar lecciones, a juzgar, a rechazar, a no aceptar.
 
Nuestra Señora ahora pide –así lo siente Marija– ver a Jesús concretamente en cada persona, detrás de todas estas cosas superficiales. Este es el camino de la paz.
Nuestra Señora se presenta y nos ruega a todos que la aceptemos. Si hemos aceptado a Nuestra Señora, Ella nos lleva a Jesús y después, Jesús con Nuestra Señora, nos piden cosas concretas. Puedes entender más fácilmente estas tres invitaciones en sus mensajes. Nuestra Señora agradece a todos los que están en el camino de la santidad e invita a ayudar a todos los que no saben caminar o vivir en santidad.
 
He aquí una invitación: si han descubierto a Jesús, Nuestra Señora inmediatamente les pide que lo descubran en los demás. Si has descubierto a Jesús en otros, puedes ayudar a otros a seguir adelante.
 
Nuestra Señora dijo que traigamos unidad, armonía y paz a los demás y que nos comprometamos con amor donde estemos.
 
Luego, después de cinco años, Nuestra Señora espera de nosotros que hayamos aprendido algo y espera y seguramente ve que puede decir estas cosas pidiéndonos que vivamos en armonía y paz.
 
Al pedirnos vivir la santidad y ayudar a los demás, Nuestra Señora no nos invita a ir en misión a África o Asia. Ella dijo: «Comprométanse con el amor donde están»: luego, en la familia, en la comunidad, en la parroquia, donde viven.
 
Miren cómo Nuestra Señora se presenta como la Madre, la Mediadora, que nos lleva a Jesús y luego, paso a paso, nos deja ver dónde y cómo podemos vivir la paz y también ayudar a otros a vivirla.