(InfoMedjugorje) – San Juan Pablo II fue el 264 papa de la Iglesia Católica. Karol Józef Wojtyła nació en la ciudad polaca de Wadowice. Fue elegido papa en el segundo cónclave papal de 1978, que fue convocado después de que el papa Juan Pablo I, que había sido elegido en agosto para suceder al papa Pablo VI, muriera después de 33 días. San Juan Pablo II fue el segundo papa con más tiempo en el pontificado en la historia moderna después del Papa Pío IX, que sirvió durante casi 32 años desde 1846 hasta 1878. Su pontificado transcurrió desde el 16 de octubre de 1978 hasta el 2 de abril de 2005.

San Juan Pablo II fue canonizado el 27 de abril de 2014 (nuevamente el Domingo de la Divina Misericordia), junto con el Papa Juan XXIII . El 11 de septiembre de 2014, el Papa Francisco agregó estos dos memoriales opcionales al Calendario mundial general de santos romanos. Es tradicional celebrar los días de fiesta de los santos en el aniversario de su muerte, pero el de Juan Pablo II (22 de octubre) se celebra en el aniversario de la inauguración de su pontificado.

El Padre Francisco Verar, en el libro «Medjugorje: Escuela de María» nos relata la relación de San Juan Pablo II con Medjugorje:

Con ocasión del proceso de canonización de Juan Pablo II, el escritor Slawomir Oder [1] publicó la obra «Por qué es Santo, El Verdadero Juan Pablo II» (Ediciones B, s.a.) y en ella sacó a relucir algunos aspectos ignorados hasta el momento acerca de la opinión de Karol Wojtyla sobre Medjugorje. Textualmente escribe Oder:

«Su devoción por María se incrementó vivamente cuando se aclaró que el tercer secreto de Fátima hacía alusión al atentado de 1981. Muchos testigos de su entorno confirmaron que el Papa relacionaba este dramático suceso con las apariciones de la Reina de la Paz en Medjugorje, en la ex Yugoslavia, que habían empezado a producirse en junio de ese mismo año. Una ulterior confirmación de este vínculo fue, para los creyentes, el mensaje que dirigió a los fieles marianos el 25 de agosto de 1994, durante los días en que se preparaba el viaje pastoral del Papa a Croacia, previsto para los días 10 y 11 de septiembre, La Virgen María dijo: «Queridos hijos, hoy me uno a ustedes en la oración de una manera especial, rogando por el don de la presencia de mi amado hijo en su patria. Recen, hijos míos, por la salud de mi hijo predilecto, que sufre, pero al que yo he elegido para estos tiempos.»

Si bien jamás adoptaba una posición oficial cuando se producían dichas apariciones, el Papa no ocultaba en privado su convicción. A monseñor Murilo Sebastiáo Ramos Krieger, arzobispo de Florianopolis (Brasil), que estaba a punto de viajar, por cuarta vez al santuario de la Reina de la Paz, le confirmó: «¡Medjugorje es el centro espiritual del mundo!» En 1987, en el curso de una breve conversación, Karol Wojtyla hizo a la vidente Mirjana Dragicevic la siguiente confidencia: «Si no fuese Papa estaría confesando en Medjugorje.» Un deseo que corrobora el testimonio del cardenal Frantisek Tomasek, arzobispo emérito de Praga, quien le oyó decir que, de no haber sido Papa, le habría gustado ir a Medjugorje para ayudar a los peregrinos.

Aún más elocuentes son, a este propósito, las palabras que escribió el obispo de San Ángel (Estados Unidos), monseñor Michael David Pfeifer, en su carta pastoral fechada el 5 de agosto de 1988 a la diócesis: «Durante mi visita ad limina con los obispos de Texas, pregunté al Santo Padre qué opinaba de Medjugorje en el curso de una conversación privada. El Papa habló favorablemente de él y dijo: «Afirmar que en Medjugorje no ocurre nada significa negar el testimonio viviente y orante de los miles de personas que han estado allí.»»

El 26 de marzo de 1984, se remonta, en cambio, un episodio que recordó el arzobispo eslovaco Pavel Hnilica, uno de los prelados más próximo al Pontífice. Una vez en que fue a comer con Juan Pablo II para ponerlo al corriente de una misión secreta que debía desempeñar en Moscú —celebrar clandestinamente la misa entre las murallas del Kremlin— éste le preguntó: «¿Después fuiste a Medjugorje, Pavel?» Cuando le dijo que no lo había hecho, dado que ciertas autoridades vaticanas le habían manifestado su desaprobación, el Papa le pidió: «Ve de incógnito y vuelve para contarme lo que has visto.» Después lo llevó a su biblioteca privada y le enseñó un libro del padre René Laurentin en el que figuraban varios mensajes de la Reina de la Paz mientras le comentaba: «Medjugorje es la continuación de Fátima, es la realización de Fátima.»

Tras la muerte de Juan Pablo II, sus amigos Marek y Zofia Skwarnicki pusieron a disposición las cartas que éste les había remitido y en las que abundaban las referencias a Medjugorje. El 28 de mayo de 1992, el Pontífice escribió a los cónyuges: «Agradezco a Zofia todo lo concerniente a Medjugorje. Yo también visito a diario ese lugar cuando rezo: me uno a todos los que oran allí y reciben desde allí la llamada a la oración. Hoy comprendemos mejor esta llamada.»» [2]

El 2 de abril Iván Dragičević se encontraba en los Estados Unidos en una misión. Al día siguiente, domingo de la Divina Misericordia, fue a Bangor, Maine, a dar una charla y observó que todos estaban consternados por la muerte del Santo Padre. Iván dijo a la audiencia que en la víspera, sábado 2 de abril, estando en una parroquia en New Hampshire, tuvo su aparición diaria, horas después de la muerte del Papa, debido a la diferencia horaria con Europa. Explicó luego, que, como de costumbre, cuando la Santísima Virgen se le apareció, estaba sola, pero luego ¡el mismísimo Santo Padre apareció a la izquierda de Nuestra Señora. ¡Llevaba una túnica blanca, una capa dorada y un solideo del mimo color! Y dijo la Virgen: «Él es mi hijo, está conmigo» Iván manifestó que ambos se veían muy jóvenes -la Virgen y el Santo Padre- y ambos estaban muy felices. También relató que, luego de la aparición, quedó tan sobrecogido que ¡apenas pudo dormir! Las personas que asistieron a la aparición comentaron que nunca habían visto a Iván tan feliz.

[1] Presbítero, polaco, graduado de Derecho Canónico, Economía y Comercio, subdirector de la oficina Legal del Vicariato de Roma, designado por el Cardenal Camilo Ruini, postulador de la canonización de Karol Wojtyla.

[2] SLAWOMIR, O. Porqué es Santo, El verdadero Juan Pablo II, 2010 Edición B, pp 167-169.

Mural en la Iglesia de San Elías en Tijalina, Bosnia Herzegovina