”Queridos hijos míos, amadísimos míos. Deseo invitarlos esta tarde a que sean incansables en invitar a la renovación de la oración familiar. Oren, queridos hijos, e inviten en sus parroquias a sus parroquianos a la renovación de la oración familiar.

Cuántas veces he repetido, queridos hijos, que solamente de familias sanas espiritualmente provienen nuevas vocaciones para la Iglesia’.

Por eso, queridos hijos. perseveren en la oración. La Madre ora por cada uno de ustedes e intercede ante Jesús por cada uno de ustedes. Vayan en paz, queridos hijos míos.”