«Queridos hijos, he venido a ustedes con las manos abiertas para tomarlos a todos en mi brazo bajo mi Manto. Pero no lo puedo hacer mientras su corazón esté lleno de luces falsas e ídolos falsos. Límpienlo y denle a mis ángeles la posibilidad de cantar en su corazón. Entonces los tomaré a todos bajo mi Manto y les daré a mi Hijo, verdadera paz y verdadera felicidad. Hijos míos, no esperen. ¡Les doy las gracias!»