«Queridos hijos, los he llamado como una madre llama a sus hijos y ustedes han respondido: permítanme colmar de amor su corazón, para que se convierta en un corazón de amor que ustedes podrán entregar sin reservas a los demás. De esta manera, hijos míos, me ayudarán mejor en mi misión de conversión de mis pobres hijos que no han conocido el amor de Dios y el amor de mi Hijo Jesús. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!»