«Esta mañana les hablaré de algo que han olvidado. Se trata del amor. Queridos hijos, mi nombre es amor. El motivo por el que estoy con ustedes tanto de vuestro tiempo es el amor, porque el Gran Amor me envía. Lo mismo pido de ustedes. Pido amor en sus familias, pido que en su hermano reconozcan el amor. Solo así, por medio del amor, verán el Rostro del más grande Amor. Que el ayuno y la oración sean su guía. Abran sus corazones al amor, es decir, a la salvación. ¡Les doy las gracias!»