«Queridos hijos, también hoy mi Corazón materno los invita a la oración, a una relación personal de ustedes con Dios Padre, a la alegría de la oración en Él. Dios Padre no está lejos de ustedes ni es desconocido para ustedes. Él se les ha manifestado por medio de mi Hijo y les ha dado la Vida, que es mi Hijo. Por eso, hijos míos, no cedan a las tentaciones que quieren separarlos de Dios Padre. ¡Oren! No intenten tener familias y sociedades sin Él. ¡Oren! Oren para que sus corazones sean inundados por la bondad que proviene solo de mi Hijo, que es la verdadera bondad. Solamente los corazones llenos de bondad pueden comprender y aceptar a Dios Padre. Yo continuaré guiándolos. Les pido de manera especial que no juzguen a sus pastores. Hijos míos, ¿acaso han olvidado que Dios Padre los ha llamado? ¡Oren! ¡Les doy las gracias!»