«Queridos hijos, yo vengo a ustedes como Madre y les muestro lo mucho que Dios, su Padre, los ama. Ustedes, mis hijos, ¿dónde están?, ¿qué está en el primer lugar en su corazón?, ¿qué les impide poner a mi Hijo en el primer lugar? Permitan, hijos míos, que la bendición de Dios descienda sobre ustedes. ¡Qué la paz de Dios los penetre! La paz que da Mi Hijo, solo Él.»