«Queridos hijos, hoy los invito a todos a que se decidan a orar por mis intenciones. Hijos míos, invito a cada uno a que me ayude para que se realice mi plan a través de esta parroquia. Hijitos, los invito ahora de manera especial, para que se decidan a recorrer el camino de la santidad. Solamente así estarán cerca de mí. Los amo y deseo conducirlos a todos conmigo al Paraíso. Pero si no oran y no son humildes ni obedientes a los mensajes que les estoy dando, no podré ayudarlos. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!»