«Queridos hijos, también hoy los invito a la oración. Hijitos, sean portadores gozosos de paz y de amor en este mundo sin paz. Por medio del ayuno y de la oración testimonien que son míos y que viven mis mensajes. ¡Oren y pidan! Yo oro e intercedo por ustedes ante Dios: para que se conviertan y para que su vida y su comportamiento sean siempre cristianos. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!»