«Queridos hijos, hoy los invito a todos a orar por la paz y a testimoniarla en sus familias, a fin de que la paz se convierta en el tesoro más grande en este mundo sin paz. Yo soy la Reina de la Paz y su Madre. Deseo conducirlos por el camino de la paz, que solo proviene de Dios. Por eso, oren, oren, oren. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!»