«Queridos hijos, hoy estoy unida a ustedes en oración de un modo especial, por el don de la presencia de mi amado hijo [el Papa Juan Pablo II] en su país. Hijitos, oren por la salud de mi hijo más querido que sufre, y a quien yo he elegido para estos tiempos. Oro e intercedo ante mi Hijo Jesús para que se realice el sueño que han tenido vuestros padres. Oren de manera especial, hijitos, porque Satanás es fuerte y quiere destruir la esperanza en vuestro corazón. Los bendigo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!»