«Queridos hijos, también hoy, con la esperanza en el Corazón, oro por ustedes y doy las gracias al Altísimo por cada uno que vive mis mensajes con el corazón. Den gracias al amor de Dios porque puedo amar y guiar a cada uno de ustedes por medio de mi Corazón Inmaculado – y también hacia la conversión-. Abran sus corazones y decídanse por la santidad, y la esperanza hará nacer la alegría en sus corazones. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!»