«Queridos hijos, hoy les traigo de manera especial al Niño Jesús para que los bendiga con Su bendición de paz y de amor. Queridos hijos, no olviden que esta es una gracia que mucha gente no comprende ni acepta. Por eso ustedes, que dicen ser míos y buscan mi ayuda, den todo de ustedes mismos. En primer lugar, den su amor y ejemplo en sus familias. Ustedes dicen que la Navidad es una fiesta familiar, por eso queridos hijos, den a Dios el primer lugar en sus familias: para que Él pueda darles la paz y pueda protegerlos, no solo de las guerras sino también de todo ataque satánico en tiempos de paz. Si Dios está con ustedes, ustedes lo tienen todo; pero cuando no lo quieren, se sienten desventurados y perdidos, y no saben de qué lado están. Por eso, queridos hijos, decídanse por Dios y entonces lo tendrán todo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!»