«Queridos hijos, deseo ponerlos a todos bajo mi Manto y protegerlos de todo ataque satánico. Hoy es el Día de la Paz, pero en el mundo entero hay mucha falta de paz. Por eso los invito a construir conmigo, por medio de la oración, un mundo nuevo de paz. Sin ustedes, no lo puedo hacer. Por eso, los invito a todos con mi amor materno a que me ayuden, el resto lo hará Dios. Por lo tanto, ábranse a los planes de Dios y a sus proyectos, para poder colaborar con Él por la paz y el bien. Y no olviden que su vida no les pertenece, sino que es un don con el que deben llevar alegría a los demás y guiarlos hacia la vida eterna. Queridos hijos, que la ternura de mi Niño Jesús los acompañe siempre. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!»