«Queridos hijos, hoy estoy con ustedes de una manera especial, mientras tengo al Niño Jesús en mis brazos; y los invito, hijitos, a que se abran a Su llamado. Él los invita a la alegría. Hijitos, vivan alegremente los mensajes del Evangelio, mensajes que les repito desde que estoy con ustedes. Hijitos, soy su Madre y deseo revelarles al Dios del amor y de la paz. No quiero que su vida permanezca en la tristeza, sino que se realice en la alegría para la eternidad, conforme al Evangelio. Solamente así su vida tendrá sentido. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!»