«Queridos hijos, en este tiempo de gracia los invito de nuevo a la oración. Oren, hijitos, por la unidad de los cristianos a fin de que todos sean un solo corazón. La unidad entre ustedes será real en la medida en que oren y perdonen. No lo olviden: el amor vencerá solo si oran, y su corazón se abrirá. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!»