«Queridos hijos, los invito al abandono en Dios. En este tiempo [de Cuaresma] deseo especialmente que renuncien a aquellas cosas a las que están apegados y que dañan su vida espiritual. Por eso, hijitos, decídanse completamente por Dios y no permitan que Satanás entre en su vida a través de aquellas cosas que los dañan y les perjudican su vida espiritual. Hijos míos, Dios se les ofrece en plenitud y solo en la oración pueden descubrirlo y reconocerlo. Por lo tanto, decídanse por la oración. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!»