«Queridos hijos, también hoy estoy con ustedes y de nuevo los invito a todos a acercarse a mí a través de sus oraciones. En este tiempo de gracia los invito especialmente a la renuncia. Mediten, hijitos, y vivan, por medio de sus pequeños sacrificios, la Pasión y Muerte de Jesús por cada uno de ustedes. Solo si se acercan a Jesús comprenderán el amor inconmensurable que Él tiene por cada uno de ustedes. Por medio de la oración y de su renuncia se volverán más abiertos al don de la fe, al amor a la Iglesia y a las personas que los rodean. Los amo y los bendigo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!»