«Queridos hijos, agradezcan conmigo al Altísimo mi presencia entre ustedes. Mi Corazón se regocija mirando el amor y la alegría en la vivencia de mis mensajes. Muchos de ustedes han respondido, pero espero y busco a todos los corazones adormecidos, que se despierten del sueño de la incredulidad. Acérquense aún más, hijitos, a mi Corazón Inmaculado para que pueda conducirlos a todos hacia la eternidad. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!»