«Queridos hijos, en este tiempo de gracia, los invito a tomar en sus manos la cruz de mi amado Hijo Jesús y meditar acerca de Su Pasión y Muerte. Que vuestros sufrimientos estén unidos a Su sufrimiento y así triunfará el amor, porque Él, que es el amor, se dio a sí mismo por amor: para salvarlos a cada uno de ustedes. Oren, oren, oren hasta que el amor y la paz reinen en sus corazones. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!»