«Queridos hijos, hoy deseo invitarlos a todos, para que cada uno de ustedes se decida por el Paraíso. El camino es difícil para todos aquellos que no se han decidido por Dios. Queridos hijos, decídanse y crean que Dios se les ofrece en toda Su plenitud. Ustedes están invitados, y es necesario que respondan al llamado que les hace el Padre a través de mí. Oren, porque en la oración cada uno puede alcanzar la plenitud del amor. Los bendigo y deseo ayudarlos para que cada uno esté bajo mi Manto materno. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!»