«Queridos hijos, este es un tiempo de gracia para la familia y por eso los invito a renovar la oración. ¡Que Jesús habite en el corazón de su familia! Aprendan, en la oración, a amar todo lo que es santo. Imiten la vida de los santos, para que ellos sean un impulso para ustedes y sus maestros en el camino de la santidad. Que cada familia se convierta en testigo del amor en este mundo sin oración ni paz. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!»