Jelena Vasilj, tuvo el don de la locución interior por un tiempo de 12 años. Por medio de ella, la Virgen convocó un grupo de oración de jóvenes el cual Ella [la Virgen] guió y dio mensajes sobre la oración personal y la vida fraterna. Junto a ella, Mariana Vasilj también tuvo el don de la locución interior.

El 20 de diciembre de 1983, la Virgen le mostró por medio de una visión el dolor que hay en el mundo. Lo extraordinario de esta experiencia es que Jelena en aquella época nunca habia viajado fuera del país y por los escasos medios de comunicación existente, dificilmente era una realidad que una niña de 12 años podia conocer con certeza.
Jelena Vasilj relata la experiencia del dolor que tuvo en una visión.
«La Virgen se me apareció en una luz tan fuerte que no podía mantener los ojos abiertos. Luego empecé a tener dolor de cabeza y poco a poco el dolor se extendió a todo el cuerpo. La Virgen me repitió dos veces: “¡Oren para que mi amor se extienda a todo el mundo!” Luego añadió: “Tú debes conocer las miserias de este mundo. Esta noche te las mostraré.
Veamos África”.
Me mostró a la gente pobre que construía casas de barro, mientras que algunos niños traían paja. Entonces vi a una madre con su hijo que lloraba y que se dirigía a visitar a otra familia para preguntar, si tenían algo para comer; porque su bebé se iba a morir de hambre. Ellos le dijeron que no tenían nada, ni siquiera un poco de agua. Cuando esa mujer regresó donde su hijo, este empezó a llorar y le preguntó: “Mamá, ¿son todos así en el mundo?” Pero su madre no respondió. Acarició al niño que murió poco después. Y con los ojos llenos de lágrimas la madre dijo en voz alta: “¿Habrá alguien que nos ame?”. Entonces vio a otra mujer de color que buscaba en su casa algo de comida para sus hijos, pero no encontró siquiera migajas. Y sus numerosos niños lloraban de hambre y se lamentaban diciendo: “¿No habrá alguien que nos ame? ¿Habrá alguien que pueda darnos un poco de pan?” Entonces apareció nuevamente la Virgen y me dijo:
“Ahora te voy a mostrar Asia”.
Vi un paisaje de guerra: fuego, humo, ruinas, casas destruidas. Hombres que mataban a otros hombres. Durante el tiroteo, las mujeres y los niños gritaban y lloraban de miedo. Después apareció la Virgen que me dijo:
“Ahora te voy a mostrar América.”
Vi a un muchacho y a una muchacha, muy jóvenes, que fumaban droga. También vi a otros muchachos que se inyectaban droga. Luego se acercó un policía y uno de esos muchachos lo apuñaló en el corazón. Eso me provocó gran dolor y tristeza. En aquel momento esa escena desapareció y volvió a aparecer la Virgen que me consoló. Ella me dijo que “solo se puede ser feliz con la oración y ayudando a los demás”. Finalmente me bendijo.»